LA ROSA EN TRES

I

Era la rosa gris de mi color profundo, un eterno silencio en tono neutro, la he visto caminar por el sendero azul de mis inalcanzables sueños vestida de color púrpura, en la más definida expresión de mi rostro ausente, asombrado por la inesperada lluvia que desata la nostalgia escondida en lo más profundo de mi ser.

Sí, la he visto y esto fue suficiente para mirar el deseo escondido, bajo el perfume apasionado de mis inmemorables días, ¡Desnudo! en medio de su mirada ansiosa, pero atado a la razón envidiosa de los que escriben la ley, permítanme decir que es estúpida , estúpida porque es inconsciente , inhumana y más bien poco atrevida, ausente, demente, carente de vida, aún me es difícil definirla por la envoltura en que se presenta ante mí, pero además pienso que definirla seria limitarla, es preferible decir la verdad falsa que sale de mis labios… ella es así y así morirá.

II

Ella entra con una luz silenciosa que suena hasta azorar mis oídos, oprimiendo los sucesos que aún no acontecen, y me mira, ¿quién? pues ella, la rosa; me mira con esos delirios ausentes en mitad de la gloria, hermosa como ninguna pero mortal como cualquiera, envidiosa la luna camina un paso atrás de ella, pero las piedras del camino son tan perversas que sacan lágrimas desde adentro…he descubierto que habito el infierno disfrazado, pero infierno al fin y al cabo, me ha seducido, me ha enamorado.

III

La rosa gris se marcha por el camino inclinado que conduce hasta la calle principal, y yo me quedo aquí como un loco perdido, imbécil, callado, solitario…y enfermo.